El Judas
Los encargados de llevar a cabo este rito son los juderos (mozos y mozas que cumplen dieciocho durante este año).
La mañana del Domingo de Ramos los juderos salen al campo en busca de un gran árbol que será cortado y despojado de las ramas, quedando un tronco derecho. En la madrugada del Viernes Santo los mozos, con pico y pala, abrirán el hoyo situado en el centro de la plaza donde “plantarán” el Judas. La noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección se cubre el poste con la leña, simulando una figura con los brazos extendidos. Por la mañana, los juderos tratan de poner erguido el palo mientras los mozos más mayores tratan de derribarlo. Cuando consiguen izar el palo, dos juderos trepan entre el ramaje hasta los brazos de la cruz y con una cuerda suben la cabeza, hecha con un armazón de mimbres, con rasgos que recuerdan a algún personaje famoso que se haya ganado la reprobación social. Esta es la señal para que dé comienzo la procesión del encuentro de las imágenes de una Virgen, que portan las juderas, y la de un Cristo Resucitado, llevado por los Juderos. Ambas procesiones parten de la iglesia convergiendo en la plaza, al pie del Judas. El momento culminante llega al descubrirse el rostro de la Virgen, cuando el Judas comienza a arder.
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Evento patrocinado por la Consejería de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid.