Historia y Fiestas
Historia
Tielmes se encuentra situado en una zona de gran fertilidad natural, en la cuenca del río Tajuña, siendo esta característica geográfica lo que explica que el lugar haya sido emplazamiento permanente de todo tipo de poblaciones que han visitado la Península Ibérica, estando habitada desde la Prehistoria, como demuestran los restos arqueológicos localizados en el área territorial, entre los que figuran útiles que datan del Paleolítico, el Neolítico y las edades del Bronce y del Hierro, localizados en importantes yacimientos arqueológicos como son la "cueva de Juan Barbero" o el "Risco de los Mártires"
Como característica común y como eje vertebrador de todas las formas de civilización que se han establecido en el territorio de Tielmes, está el río Tajuña. Fue éste quien posibilitó (igual que anteriormente) el asentamiento de los pueblos europeos posteriores al periodo prehistórico que penetraron en la Península Ibérica, siendo los caracitanos, tribu de raíz celtibérica, los primeros de los que se tiene constancia histórica escrita de su presencia en el valle del Tajuña.
El nombre de Tielmes se cree que es una derivación del término Thermeda de origen romano, el cual se utilizó para denominar el lugar donde, según relata la tradición, nacieron y vivieron los hijos de San Vidal, Justo y Pastor, quienes fueron ajusticiados por los romanos en tiempos del pretor Daciano y del emperador Diocleciano en el siglo IV. Estos hermanos, contando con unos 6 y 9 años de edad, respectivamente, fueron decapitados por no renunciar a su fe cristiana contraviniendo el edicto promulgado en el año 303 por el emperador Maximiano. La fecha del ajusticiamiento es la del 6 de agosto del año 306, día que constituye, a partir de entonces, la festividad mayor de la población de Tielmes, que tiene como patronos mayores a los denominados por su martirio como Santos Niños Justo y Pastor.
Su principal lugar de culto, si dejamos a un lado la Iglesia Parroquial, es el Risco de los Mártires, lugar en el que según cuenta la tradición, pudieron refugiarse del acoso de las autoridades romanas, al pie del cual, se erigió una ermita (construida en la segunda mitad del siglo XVIII) para su advocación.
En la invasión bárbara de la Península, Thermeda es tomada por los visigodos, como lo demuestra la existencia de una necrópolis de esa época muy cerca del pueblo. Estos, además, introdujeron nuevos cultivos agrícolas, lo cual se vio favorecido con la llegada de los árabes; asistimos al relanzamiento de la agricultura gracias a la innovación en el sistema de riegos que éstos posibilitaron. Es posible, que algunas de las antiguas acequias del término municipal de Tielmes provenga de aquella época, siendo por tanto éste, su principal legado en estas tierras.
El artífice de la reconquista y de la expulsión de los árabes fue Alfonso VI, quien inicia el periodo de dominio cristiano, aunque no será hasta años más tarde con su derrota definitiva, alrededor de 1212, cuando llegue la estabilidad al pueblo y se empiece a organizar, de forma primigenia, la vida en sociedad, es decir, en los aspectos político, social y económico.
La historia de Tielmes, a partir de los siglos XV-XVI, es la de un continuo ir y venir en manos de nobles y aristócratas que aprovecharon la crisis económica de la Corona, consecuencia de las campañas bélicas exteriores, para adueñarse del territorio, dependiendo de la jurisdicción de Alcalá de Henares hasta mediados del siglo XVI. Es en este periodo cuando la agricultura toma un gran impulso, gracias a nuevos pobladores que traen nuevas ideas e introducen cultivos como el olivar, la vid o el cereal, aunque hay que señalar que la Edad Media termina de forma traumática: una epidemia de peste negra diezma de forma espectacular a la población, haciendo perder a Tielmes su condición de municipio.
El renacer llegará con el reinado de Carlos I, y gracias, sobre todo, al Marqués de Mondéjar, D. Iñigo López de Mondéjar, el cual potenciará la agricultura favorecido claramente por la irrupción en la vida española de los nuevos productos venidos de América, como la patata, el tomate, etc. Por todo ello, en 1554, Tielmes consigue el título de villa (dependiente de la Corona) y la independencia del Concejo de Alcalá, situación que durará unos 50 años, hasta que Felipe III, en 1606, vende la jurisdicción de la villa de Tielmes al Conde de Villalonga, iniciándose así un periodo de más de 200 años, que termina con las Cortes de Cádiz, de sucesivos gobiernos señoriales enmarcados dentro del periodo histórico denominado como Antiguo Régimen.
Será en el siglo XIX cuando Tielmes vuelva a pertenecer a la intendencia de Alcalá, aunque esta vez, ya dependiente de la provincia de Madrid, y será entonces también cuando empiecen a acometerse las primeras obras públicas en la zona con la construcción de la actual carretera M-204 que unía diversas poblaciones de la zona y, sobre todo, con la construcción del Ferrocarril del Tajuña. Servirá esta obra de infraestructura, concedida a la Compañía del Ferrocarril del Tajuña, para iniciar el servicio de mercancías y viajeros en la zona agrícola del este de la provincia de Madrid. Así el 25 de agosto de 1901 se abre el primer tramo, el que enlazaba la estación del Niño Jesús, junto al madrileño Parque del Retiro, en lo que hoy es el barrio del mismo nombre, y la localidad de Morata de Tajuña. Meses después, en julio de 1902, el ferrocarril llegó a Chinchón y en enero de 1903, a Colmenar de Oreja. En años sucesivos, se construyó el enlace desde las cercanías de Morata de Tajuña, primero hasta Tielmes y después hasta Orusco que fue la estación término de la línea desde 1910.
El hecho más significativo del siglo XX en toda España fue, sin dudad alguna, la Guerra Civil, contienda que dividió el país en dos y masacró a su población, algo a lo que Tielmes no fue ajeno. El pueblo fue tomado por el ejército republicano y se convirtió en un importante punto de apoyo para el mismo a partir de 1937. Edificios y parajes emblemáticos del municipio se convirtieron en improvisados hospitales, polvorines, salas de intendencia, etc.
El periodo histórico posterior a la Guerra Civil puede catalogarse como uno de los peores de la historia de España, si nos atenemos a que la contienda bélica dejó al país en una situación caótica tanto en el aspecto económico, como en el aspecto político y social, situación que tardó muchos años en invertirse y de la que Tielmes fue fiel reflejo. En los años 50 se crean las primeras granjas avícolas y en la década de las 60 tiene lugar la gran industrialización del municipio con la puesta de en marcha de diversas industrias que absorberán gran parte de la mano de obra existente en el municipio, mano de obra que, en muchas ocasiones, provenía de las labores agrícolas.
Hoy en día Tielmes es un municipio que intenta denodadamente adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas coyunturas sociales, por lo que ha dejado de ser un municipio eminentemente rural, en cuanto a actividad económica, para convertirse en un pueblo más abierto a la inversión exterior y al turismo, receptor de inmigración y cada vez menos "productor" de emigración, tratando de aprovechar aquello que le hace ser diferente, es decir, su cultura, sus tradiciones y su medio natural.
Esta puede ser, a grandes rasgos y en pocas palabras, la historia de Tielmes, un municipio con una gran tradición histórica, lugar de asentamiento de múltiples civilizaciones que transitaron por la Península Ibérica y que sobrevive en el tiempo tratando de ser fiel a sus costumbres y al legado otorgado por todos aquellos que dejaron algo de sí mismos en estas tierras.
Tradiciones y fiestas
Domingo de los Santos Niños
El primer domingo del mes de mayo se dedica de manera especial a la advocación de los Santos Niños existiendo constancia de dicha celebración al menos desde 1616, según lo atestigua un libro de cuentas de propios de la villa.
Las celebraciones religiosas se conjugan con actividades lúdicas, culturales y musicales durante todo el fin de semana, siendo el domingo el día grande teniendo lugar la misa mayor y procesión de la carroza con las imágenes de los santos por las calles del pueblo.
San Isidro
Teniendo en cuenta la tradición agrícola del municipio de Tielmes, es ciertamente importante la devoción que se tiene en estas tierras al patrón de los agricultores.
Diversas actividades recreativas, como el tradicional concurso de arada, se mezclan con festejos religiosos en honor al santo.
El punto culminante es la romería de San Isidro, que se celebra en la tarde del día 15 de mayo. Miembros de la Hermandad de este santo y vecinos de la localidad parten de la iglesia parroquial hacia su ermita situada al pie de unos cerros. La imagen del santo es escoltada por caballerías, tractores y vehículos engalanados en cuyo interior viajan niños y mayores vestidos de chulos y chulapas. Una vez en la ermita, el párroco bendice los campos para que ese año el tiempo sea benigno y la cosecha próspera. Durante toda la Romería una charanga ameniza el ambiente mientras se ofrece a todos los asistentes unas ricas rosquillas y limonada para su degustación. es la romería que traslada a la imagen del santo hasta la ermita situada al pie de la vega para que una vez allí, el párroco bendiga los campos en busca de buenas cosechas.
Fiestas Patronales en honor a los Santos Niños Justo y Pastor
Celebradas desde finales del mes de junio y durante la primera semana del mes de agosto. Se conmemora el martirio de los Santos Niños en Alcalá de Henares el 6 de agosto del año 306. Durante estos días se llevan a cabo numerosos eventos deportivos (baloncesto, fútbol sala, patinaje, atletismo, natación,…), culturales (exposiciones), musicales (conciertos, verbenas, pasacalles), taurinos (novilladas sin picadores y encierros) yreligiosos (novena, Misa Mayor y procesiones).
El día 6 es el “día grande” celebrándose una misa mayor y una procesión por las principales calles del municipio con la carroza que porta las imágenes de los santos. El día antes tiene lugar una de las procesiones más bellas de la zona ya que transcurre por la vega del Tajuña. La carroza sale de la iglesia parroquial hasta la ermita de los santos, situada al pie del llamado Risco de los Mártires.
El Judas
Tiene lugar el Domingo de
Resurrección en el centro de la plaza principal de la villa y es, quizás, la
costumbre del municipio con más arraigo entre los vecinos. Es una celebración con un ritual rico y
complejo, cargado de simbolismo y cuya antigüedad es difícil de precisar, existiendo constancia documentada de que esta fiesta ya se realizaba en el siglo XVII.
Aunque existen dudas acerca de su origen son numerosas las interpretaciones que le otorgan una raíz pagana, a la cual se fueron superponiendo elementos religiosos y culturales de distintas épocas. Estudiosos de la materia sugieren que surge de ciertos ritos precristianos derivados de prácticas sagradas de fecundidad y fuerza, ligados a ciclos productivos en sociedades rurales primitivas. Con el paso del tiempo pasa a simbolizar el alejamiento y expulsión de los males.
Los protagonistas de esta
fiesta son, por una parte, los juderos, mozos y mozas que cumplen
dieciocho ese año y que serán los encargados de llevar a cabo este rito de
iniciación y, por otra parte, El Judas, representado por un inmenso
árbol, despojado de sus ramas formando una gigantesca figura de aspecto humano
en forma de cruz.
Los preparativos comienzan la semana anterior al Domingo de Pascua. La mañana del Domingo de Ramos los juderos salen al campo en busca de un gran árbol que será cortado y despojado de las ramas, quedando un tronco derecho. Hasta hace algunos años, el poste se depositaba en la Plaza de la Constitución, aunque este no era el lugar definitivo, ya que era habitual que fuera “robado” para que el “rito de paso” fuera aún más duro.
El Viernes Santo, por la noche, los mozos con pico y pala abrirán un enorme hoyo situado en el centro de la plaza donde “plantarán” el Judas. En la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección se viste el poste con ramas de olivo y sarmientos, elaborando la cruz que forma El Judas, simulando una figura antropomórfica, con los brazos extendidos y las manos abiertas.
Al amanecer todo tiene que estar dispuesto para la celebración del gran rito en el que se distinguen dos momentos definidos: la “puesta” de El Judas y su posterior “quema”.
Mozos y juderos,
tratarán de poner erguido el gran cuerpo con forma de cruz, ayudándose con
cuerdas y unas tijeras llamadas cabrillas, mientras que juderos
de quintas anteriores intentarán derribarlo hasta que, llegado el momento de
levantarlo, aunarán esfuerzos. El momento más esperado es cuando dos juderos
trepan entre el ramaje hasta los brazos de la cruz y con una cuerda izan la
cabeza, hecha con un armazón de mimbres y alambres, que hará referencia a algún
personaje público o hecho que durante ese año se haya ganado el desprecio
inequívoco de la sociedad. Esta es la señal para que dé comienzo la Procesión
del Encuentro con las imágenes de la Virgen, con el rostro cubierto por un velo
negro, que portan las juderas, y la del Cristo Resucitado, portado por
los juderos. Ambas comitivas parten de la puerta de la iglesia
discurriendo por distintas calles que convergen en la plaza, al pie de El
Judas. El momento culminante llega al descubrirse el rostro de la Virgen,
cuando El Judas comienza a arder.
Después de la “quema” es tradición que las familias y amigos, si el tiempo lo permite, coman en el campo y "corran el hornazo", es decir, degusten una torta típica de la zona hecha a base de harina, huevo y azúcar adornada en el centro con uno o varios huevos cocidos. Se compran, sobre todo, para los niños y es el postre tradicional de este día.
Más información en el documento adjunto que aparece al final de la página.
Los Mayos
El día 30 de abril, a las 24:00 horas, tiene lugar en la
Iglesia Parroquial el canto de Los Mayos en honor a la Virgen María, cuyo mes
comienza. Se trata de unas estrofas, dedicadas
a la Virgen, a cuya letra acompañan los instrumentos de la Rondalla local.
Una tradición, ya perdida, que llevaban a cabo los mozos esa noche era la de colocar una rama o “mayo” de álamo blanco en la puerta de las casas de las chicas de la que estaban enamorados, en señal de su amor por ella.
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